A medida que la vida obliga a ocuparnos en algo y con el paso del tiempo descubrimos, aprendemos, dominamos y nos aburrimos con el manejo de la técnica inherente a ese algo, a medida que la vida camina y nos deslumbran las posibilidades de nuestra interpretación e inteligencia, las artimañas que ejercemos para salvar los días y ejercer el oficio al que hemos sido condenados y que por momentos nos revela que somos cautivos de la vanidad y el amor propio, a medida que aprendemos los rudimentos de la supervivencia refinada y moderna y una voz interior que nos empeñamos en aplacar y acallar, se afana en hablar de lo inoficioso de las acciones ejercidas por la fuerza de la costumbre, lo mecánico de urdir causas torpes para obtener efectos mínimos y con ello complacernos en triunfos efímeros (efectos químicos por completo predecibles, controlados, nada sorprendentes), de lo reglamentario que deseamos pasar por extraordinario, de lo reflejo que puede resultar a nuestros ojos múltiple, a medida que ello ocurre el tiempo pasa y hallamos, casi por defecto, lo que los hombres llaman experiencia.
Enfrentar una intriga política, por ejemplo. ¿Qué es, si no, más que tratar de pensar como pensaría el otro, en su estulticia más abyecta o en su más primitiva y patética vanidad? ¿Qué es, si no, más que pensar en una respuesta en torno al interés —¿la petición?: más espejos, más dinero, más yo— que preserve al protagonista limpio y a salvo de los otros, huérfano de la amistad y apartado en la silla, aunque lo que a gritos pidiese cuando niño, fuera disfrutar de los juegos de los otros y los oídos de al menos uno? Proseguir en la actividad de los días es demostrar que esa voz íntima —la verdad—, aunque obstinada e incómoda nos conduce a saber que lo monótono escolta a la vida y lo fútil marca el compás de su vaivén atonal. Seguir en los días del esfuerzo involucra intuir que aprender más no es saber más, que acumular desenvoltura en cualquier rutina no aclara sino que ensombrece el enfrentamiento con el significado. ¿Y qué puede ser, cuál es el significado del significado? Algo que quizá se oculte en nuestras arrugas y nuestro cansancio, algo que quizá duerma en medio de la paja del tiempo derrotado, algo que tal vez nos lleve a pensar en la potencia derrochada y en el esfuerzo sin fin. Quizá ahí, en ese apacible horror, resida el significado del significado.
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