El alumbramiento de toda belleza —bella, monstruosa, inútil como son los actos bellos— es un instante sobrecogedor y destructivo del pasado que escasos individuos soportan sin desplomarse moralmente. Es, como en la Venus de Boticelli, un ascenso y un chispazo que no se admite sin caer ciego. Evento oscuro y sobrecogedor, tanto, que quizá explique por sí mismo por qué hoy el arte conoce tan lamentable decadencia.
No comments:
Post a Comment